jueves, 12 de mayo de 2011



El cáncer infantil tiene cada vez más importancia
en el ámbito de la pediatría; entre otras
razones por ser la segunda causa de mortalidad
en la infancia. La posibilidad de detectar alteraciones
genéticas y moleculares en las células
tumorales puede permitir individualizar el riesgo
de los pacientes y, en consecuencia, utilizar
tratamientos igual de efectivos pero menos tóxicos.

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